jueves, 6 de marzo de 2008

Machu Picchu (enero de 2008)

Durante casi todo el año, junto con Hernán estuvimos armando un viaje con destino final Machu Picchu. Los viajeros seríamos Hernán, Alejandra, Malila y yo. Teníamos todo planeado. Rutas, día tras día que recorrer, donde ir, etc.
Llevaríamos 2 carpas junto a todo el equipo de camping, disco de arado, parrilla, calentador con 2 garrafas de 3 kg, heladera, comida y algunas bebidas para abaratar costos, 2 GPS (Garmin GPSMap 60 CSx), uno para el conductor y otro para que el acompañante fuera relevando todos los puntos y tracks; y todos los pormenores necesarios para el viaje.
El 4 de enero a las 18:00 hs partimos desde Buenos Aires hacia Purmamarca.
Nuestro viaje estaba planeado en la Ford Ranger de Hernán modelo 81 4x4 carrozada como si fuera una Bronco, con asientos atrás y cúpula para la caja. Por desperfectos mecánicos (retén de palier roto con pérdida de grasa del diferencial y alternador inútil con imposibilidad de arrancar la camioneta), nos fuimos en mi Nissan Frontier 2007 doble cabina 4x2.


Hernán, Malila, Ale y yo saliendo de Buenos Aires


Salimos a Panamericana, tomamos la ruta 9 hasta Rosario, Circunvalación y luego la ruta 34. A las 5:35 del día 5 de enero, llegamos a Santiago del Estero e hicimos una parada técnica de 1 hora en la casa de los padres de Malila. Mate, facturas, gas oil y a seguir.
Retomamos la 34 hasta Rosario de la Frontera en Salta y ahí la ruta 9 hasta Purmamarca. Llegamos tras unos 1550 km y unas 18 hs de viaje.
Por la tarde recorrimos caminando el pueblo. La plaza, la iglesia y la feria. Por la noche salimos a comer a una posada con comidas típicas. Mi menú fue humita y tamal.


Cerro de los 7 Colores, Purmamarca


Algarrobo de la iglesia, Purmamarca


El día 6 de enero desarmamos todo y partimos para un destino aún incierto: San Pedro de Atacama o Calama, ambos en Chile.
Arrancamos desde Purmamarca a 2500 msnm por la RN 52 rumbo oeste. Subimos la cuesta del Lipán hasta los 4170 msnm para bajar hasta Salinas Grandes a 3400 msnm, donde nos metimos con la chata y vimos un piletón de extracción de sal. Luego pasamos por Susques, vimos la iglesia llena de chicos esperando su regalo de reyes y continuamos al paso de Jama a 4310 msnm.


Recorrido de la ruta de montaña


Inmensidad en las Salinas Grandes


Límite Internacional Argentina - Chile


Hicimos aduana a las 13.30 hs, para entrar en territorio chileno, donde continuamos subiendo hasta los 4800 msnm para después bajar hasta San Pedro de Atacama a 3500 msnm. La consecuencia fue el apunamiento de mi cabeza que parecía iba a explotar. Todo pasó después de varias mascadas de hoja de coca, un reliveran, un tostado de jamón y queso y 2000 metros de altitud menos.
Tras cruzar por el desierto de Atacama, el más seco del mundo; nos desviamos al oeste hacia el Pacífico. Faltando unos 15 km para llegar al océano, estábamos aun a 1000 msnm. La bajada a Iquique es increíble. Es muy empinada y tiene una vista a la ciudad que vale la pena cada kilómetro que nos desviamos para ir. Nuestra vista fue nocturna y por la cantidad de luces, nos dimos cuenta que es una ciudad muy grande.
Tras cruzar la ciudad hacia el sur, llegamos a un camping en las afueras de la ciudad, ubicado frente al mar. Armamos las carpas y Hernán cocinó un guiso de fideos al disco.
El 7 de enero, nos levantamos a las 8:40 hs y desayunamos. Por la noche se escuchaban lobos marinos muy cerca de nuestras carpas. Quisimos verlos a la mañana, pero no estaban.
Tras desarmar todo, partimos a la ciudad. Cargamos combustible, mandamos unos mails y nos fuimos hacia la frontera Chile-Perú.
Tomamos la ruta 5 hacia el norte, cruzamos unas cuantas cuestas y quebradas de una profundidad considerable y siguiendo por el extenso desierto, llegamos a Arica. Merendamos y seguimos. Unos minutos después llegamos a la frontera. Vale aclarar que del lado chileno hay una zona minada para que no los invadan!!! Una locura.
Salimos de Chile sin problemas y llegamos a la aduana peruana. Tampoco tuvimos problemas, pero tardamos muchísimo por la burocracia de tanto papelerío por quintuplicado, por octuplicado y por no sé cuantas cosas más. Sellos, más papeles, revisada a la chata, etc. Tras ver que tampoco éramos extraterrestres, no hubo ningún problema. Y eso que pasamos sin cobertura del seguro de la chata para Perú!!! Nadie se dio cuenta.
Salimos para Tacna y realmente era una típica ciudad latinoamericana de frontera. Es decir que era un gran mercado de cosas de sospechosa procedencia y electrónica barata. Tiene también una zona franca y seguramente mucho tráfico y contrabando.
El tránsito era un caos total. Todo el mundo maneja como le da la gana y la gente camina por donde quiere. Los transportes públicos son inhabilitables. Decidimos seguir hasta Moquegua, porque por la diferencia horaria (3 horas menos que en Argentina, 2 menos que Chile) nos favorecía. Igualmente ya era de noche y el paisaje seguía siendo el mismo de Chile. Desierto. De a poco terminó de anochecer y no vimos más nada.
Llegamos a Moquegua bien tarde, paramos en el hotel Holliday que tiene cochera y sale la mitad del camping de Iquique!!
A las 23:00 hs y tras cenar pollo con Inca Kola, nos acostamos a dormir.
El 8 de enero nos levantamos y salimos a buscar un desayuno, porque en el hotel nos dijeron que como no avisamos no nos habían preparado nada. La sorpresa llegó cuando vimos que los peruanos desayunaban puchero de gallina, algún bife y otro tipo de cosas que ni quisimos averiguar. Preguntando llegamos a un lugar que aparentemente era el único que servía desayuno del que estamos acostumbrados nosotros.


Cholitas en una esquina de Moquegua


Salimos de recorrida y pasamos por el mercado. Como explicarlo… Es como MercadoLibre.com, donde uno encuentra de todo. Cuanta cosa exista en este mundo, ese mercado lo tiene. Desde una remera, pasando por pescado o un conejo (vivo o muerto), verduras, motos, aceite para el auto, tornillos, guitarras, alfalfa, etc. Lo bueno eran los bajos precios, pero que generalmente coincidían con la calidad de las cosas.


Interior del Mercado de Moquegua

Seguimos la recorrida y aparecimos en la plaza de armas. La misma tiene una fuente que fue realizada por los talleres de Gustave Eiffel, el mismo de la torre parisina. Frente a la plaza se encuentran las ruinas de la vieja catedral, destruida por un gran terremoto y actualmente convertida en museo.


Plaza de Armas de Moquegua


Más tarde, partimos con destino boliviano. Nos dirigimos hacia Copacabana, en la costa del lago Titicaca.
Salimos de Moquegua y después de un rato de trepadas, aparece ante nuestra vista un cerro con la cumbre totalmente nevada. No sabemos cuál es, pero estaba medio tapado de nubes. Al rato empieza a llover, agua nieve, nevisca. A los cinco minutos estábamos en plena nevada, de a ratos muy fuerte, y nosotros con pantalones cortos y remeras. Claro, si es verano!! Estábamos a unos 4700 msnm.


Camino de Moquegua a Desaguadero con nevadas


Siguió nevando hasta que llegamos a una planicie donde había un pueblito y 50 cm de nieve acumulada sobre la ruta. Siguió un rato más, hasta que empezamos a bajar y todo se calmo, excepto por una densa niebla.
Ya cerca de Desaguadero empezó a llover gotas gruesas y como siempre hay algo peor, comenzó el granizo. Por suerte no pasó nada. Increíble todo lo que pasamos en esos pocos kilómetros.


Iglesia de un pueblito en el camino

Luego del control policial con dos militares vestidos para la Antártida en pleno verano y mirándonos como a sapos de otro pozo, y Desaguadero con sus bicitaxis; apareció el Wiñaymarca. Este es el lago que está al lado del Titicaca. Frontera con Bolivia y llegamos a Copacabana, lugar donde dormimos. Cenamos nuestras primeras truchas del Titicaca y volvimos al hotel a hacer una partida de Rummy.
El 9 de enero desayunamos en el hotel y nos fuimos a recorrer el casco histórico de Copacabana. Visitamos la iglesia de la Virgen de Copacabana, la plaza y el mercado de artesanías con precios realmente baratos.


Catedral de Copacabana


Al mediodía nos embarcamos rumbo a la Isla del Sol, en un precario barquito con sillas de comedor amuradas al piso, dos motores fuera de borda, lluvia, goteras y un frío bastante profundo.
Llegamos a la isla luego de 1.30 hs de navegación. Bajamos mojados, con mucho frío y con ganas de ir al baño. Esperamos por agua caliente para tomar un café y en ese momento nos encontramos con Silvana, una amiga de Quilmes. El mundo es un pañuelo!!
Al rato de haber llegado intentamos subir la escalinata llamada Las 1000 Gradas, que lleva al Templo del Sol, pero la altura que te deja sin aire y el poco tiempo que nos quedaba para abordar la vuelta nos hizo desistir. Si eran mil gradas, habremos hecho unas 150. Lamentable lo nuestro.


Lago Titicaca, a 3800 msnm

Cuando desembarcamos subimos a la camioneta, hicimos frontera nuevamente con ingreso a Perú y partimos con rumbo a Puno, donde llegamos de noche y buscamos un hotel con estacionamiento.
Fuimos a cenar y por fin pude probar el Ceviche. Es pejerrey crudo, cocinado al limón. Algo raro pero rico. Dimos unas vueltitas por la Plaza de Armas y después nos fuimos a dormir.


Vista nocturna de la Catedral de Puno

El 10 de enero desayunamos tempranito en el hotel y a las 9.15 hs nos pasaron a buscar en minibus rumbo al puerto de Puno, donde embarcamos nuevamente rumbo a las Islas flotantes de los Uros, pero esta vez en una lancha muy confortable. Tras 40 minutos llegamos a las islas flotantes hechas con totora, junco que crece en el lago Titicaca y que utilizan también como comestible y para construir las viviendas y barcazas. Nos dieron una charla explicativa sobre cómo se construyen las islas y como es la vida de este pueblo, que se instaló en el lago para huir de la conquista del Inca, sus costumbres, su organización actual y su convivencia con el turismo. Viajamos en una embarcación de totora y retornamos al puerto.

Islas Flotantes de los Uros


Sector de una de las islas


De vuelta en Puno, empezó a llover y seguía haciendo mucho frío, con lo cual Hernán se fue a dormir la siesta y el resto optamos por recorrer un poco es casco histórico de la ciudad.
Fuimos a la plaza de armas, que tiene frente a ella la catedral. No pudimos entrar porque estaba cerrada. Seguimos por la peatonal y almorzamos. Mi menú fue lomo de alpaca. Muy rico.
Seguimos de recorrida y al terminar la peatonal, aparece otra plaza con una iglesia que, al lado de la catedral, no vale la pena ni comentarla.
Retornamos al hotel y a dormir.


Detalle del frente de la Catedral de Puno

El 11 de enero nos levantamos tempanito, a las 6.30 hs, desayunamos en el hotel y nos dimos una última recorrida por la plaza de Puno y visitamos la Catedral.


Interior de la Catedral de Puno

Dejamos el hotel a las 11 y partimos rumbo norte, donde nos desviamos 14 km pasando por Atuncolla para luego llegar a las Chulpas de Sillustani a orillas del lago Umayo. Son monumentos mortuorios en forma de torre cilíndrica de piedra. Hay dos tipos distintos, unas con talla perfecta y delicada que son incas y otras más rústicas que son collas.


Chulpas de Sillustani

Pasamos por Juliaca, pueblo caótico si los hay. Me cuesta encontrarle adjetivos a esta ciudad. Es fea y totalmente caótica. Pasan mototaxis, combis, autos viejos y por sobretodo, los bicitaxis. Esos son los peores porque pareciera que no cuidan su vida. Se meten, frenan, cruzan; en fin. Aparte constantemente todos van tocándose bocina, incluso las cornetas de las bicicletas. Otra cosa terrible eran los mercados. No paramos, pero me imagino que desde comestibles a combustibles y de muebles a animales, pasando por todas las cosas habidas y por haber, habría de todo.

Avenida principal de Juliaca


Bicitaxis de Juliaca


Continuamos camino y de pasada vimos la iglesia del pueblo de Pucará.
El resto del viaje fue a través de un valle espectacular con muchos sembrados y pueblitos a ambas márgenes del río.


Iglesia de Pucará

A las 16.30 hs finalmente entramos en Cusco. Después de un rato de dar vueltas conseguimos alojamiento y estacionamiento.
El primer vistazo del casco histórico fue increíble. Tremendo impacto al llegar a la plaza de armas con todo iluminado. Sin palabras.


Vista nocturna de la Plaza de Armas de Cusco


Vista nocturna de la Catedral de Cusco


Vista nocturna de la Iglesia de la Cia. de Jesus


Por suerte, en el hotel nos prestaban la cocina y el comedor para que nosotros nos cocinemos. De esa manera ahorramos bastante y comenzamos nuevamente a utilizar nuestras provisiones.


Hernán cocinando en la cocina del hotel de Cusco

El 12 de enero nos levantamos como a las 7:00 hs y tras desayunar en el hotel, nos fuimos a sacar los pasajes del tren Perú Rail que nos llevaría a Machu Picchu.
Con los pasajes en mano, nos dirigimos al centro a recorrer. Caminamos todo el casco y conocimos varias iglesias. Una aclaración aparte es que todo lo que hicimos fue de la mano de nuestra fiel compañera la lluvia, que en toda nuestra estadía en Perú jamás cesó.


Calles de Cusco


Plaza de Armas de Cusco


A la última iglesia que entramos fue a la catedral y la verdad es que nos dejó a los cuatro boquiabiertos. Es impresionante en todo sentido. Primero se ingresa por la Sagrada Familia, que es un templo que está pegado y comunicado a la catedral. Por último se accede desde la catedral a la Iglesia del Triunfo, que enfatiza al triunfo de los españoles frente a los incas (lamentable)
Salimos y seguimos la caminata por callejones, callecitas, plazas y fuentes. Muy lindo todo.


Catedral de Cusco


Atardecer en la Iglesia de San Antonio Abad en Cusco

Callejones de Cusco


Pequeña plaza en Cusco


Otra cosa para destacar de Cusco es la cantidad de ofrecimientos de mariguana y cocaina que tuvimos. A pesar de esto, hay que aclarar que está lleno de policías, tanto los nacionales como los de turismo; y que la seguridad y la protección al turista son excelentes.
El 13 de enero amanecimos y salimos para el Valle Sagrado. Fuimos directamente a Písac, donde por ser domingo había feria pero en una escala impresionante. Muchos puestos de venta de artesanías (aclaro que muchos es exageradamente muchos)
La plaza central estaba plagada de más puestos, pero de frutas y verduras y realmente parecía como cuando uno pisa un hormiguero. Frente a la plaza estaba la iglesia, de muy difícil acceso por la multitud. Hernán y Ale entraron y recién comenzaba la misa en quechua.


Plaza de Písac, en el Valle Sagrado de los Incas

Mercado de artesanías de Písac


De allí fuimos a las ruinas de Písac, entramos a caminar por unos senderitos bastante empinados, algunas ruinas menores, subidas y bajadas; hasta que luego de un rato llegamos al Intihuatana, que es el templo del Sol. Muy emocionante todo porque fue nuestro primer contacto directo con la civilización incaica. Solo resta aclarar que mientras estábamos comenzando la retirada, se nos largó la lluvia y todavía teníamos como 1 km y en trepada hasta la chata. Nos empapamos. Realmente se largó fuerte.


Andenes de cultivo de las Ruinas de Písac


Sector de Templos de las ruinas de Písac


Entrada a las Ruinas de Písac: cuidado, derrumbe!!


Salimos de ahí y continuamos recorriendo el valle del Urubamba. Paramos a comer en calca y los demás pidieron unas milanesas tipo marineras de tamaño XXL y precio XXS.
Fuimos hasta Ollantaytambo donde también visitamos ruinas. Otra vez trepadas, escalones; y la tarde que nos iba corriendo. Unas cuantas fotos más, una vuelta por el pueblo y sus puestos de artesanías y vuelta a Cusco.


Valle Sagrado de los Incas


Ruinas de Ollantaytambo


Detalle de un muro en las Ruinas de Ollantaytambo


Portal en las Ruinas de Ollantaytambo


El 14 de enero nos despertamos y partimos, previo desayuno en el hotel, con la intención de completar la otra mitad del Valle Sagrado que nos faltaba.
Partimos rumbo a las salineras de Maras. Están en un valle profundo, donde los Incas hicieron terrazas con piletones. Desviaron un hilo de agua que baja de la montaña para que vaya depositándose en ellos y así, de esta manera aparece la sal al evaporarse el agua. Hoy en día todavía se explotan por una empresa privada, la misma que te cobra la entrada. Es increíble que esta empresa utilice las salineras que construyeron los Incas sin ningún tipo de mejora o adelanto tecnológico.


Cultivos en el Valle Sagrado de los Incas


Salineras de Maras


Terrazas en las Salineras de Maras


Retomamos la chata y partimos. Pasamos por el pueblo de Maras, chiquito y color tierra y continuamos hasta los Invernaderos de Moray. Estos son andenes de cultivo en forma circular, también de origen Inca, que parecen excavados en la tierra. Tienen forma de teatro griego y hasta una excelente acústica; a pesar que en su uso no era necesario. En este lugar, los Incas hacían experimentos con distintos tipos de cultivos para probar si podían utilizarlos en la montaña. Al ser concéntricos y hacia abajo, el viento no penetra y funciona como invernadero. En algunos estudios que realizaron, encontraron más de 4500 tipos distintos de cultivos que ellos estudiaron.

Calle de Maras


Invernaderos de Moray


Andenes circulares de Moray


Regresamos a Cusco y salimos a caminar un poco más. Visitamos el Qoricancha, un convento que hoy es museo y que fue construido por los españoles (como casi todo en Cusco) sobre ruinas de un templo Inca. Más tarde, con Malila partimos caminando para el Barrio de San Blas, típico de Cusco.


Interior del Qoricancha, Cusco


Barrio de San Blas, Cusco


El 15 de enero nos despertamos a las 4:45 hs y tras un muy rápido desayuno partimos hacia la estación de trenes San Pedro. Desde allí, saldría el tren que nos llevaría a las tan ansiadas ruinas de Machu Picchu.


Peru - Rail, estación San Pedro, Cusco


El viaje que nos dijeron tardaría tres horas ida, se alargó a cinco horas. Son 110 km de distancia aproximadamente desde Cusco, pero tan solo para salir de la ciudad debe hacer varias escaladas en zig-zag para superar los cerros que la rodean.
Llegamos a Aguas Calientes y salimos corriendo hacia los minibuses que lo llevan a uno por 8 km en subida hasta la ciudadela. Fuimos de los primeros en llegar. De más está decir que llovía pero de manera torrencial. Tardamos en sacar las entradas porque solo aceptaban el efectivo en soles y nosotros, turistas, llevábamos dólares y algunos pocos soles para los gastos mínimos.
Entramos por fin a Machu Picchu y casi nos morimos de la decepción. No solo la lluvia estaba con nosotros, sino que cuanta nube se hallaba por la zona, nos tapaba cualquier intento de vista.


Primera mirada a Machu Picchu!!


Creo que comentar Machu Picchu sería algo inútil, ya que ni fotos, videos o palabras de un tercero expresan el momento que uno vive en este lugar. Hay que apreciarlo por cuenta propia in situ.


Vista aerea de la zona de "Los de Abajo"


Intihuatana


Ventanas de una vivienda


Recorrimos todo. No nos quedó nada por ver y por suerte, a medida que pasaba el tiempo nos fuimos amigando con el clima. Nos cambiamos de ropa y otra vez nos mojamos. La lluvia seguía pero ya éramos como anfibios o estábamos inmunes a las gotas. Las nubes de a poco desaparecían. Al salir, cuando emprendimos la retirada, pudimos apreciar la majestuosidad de las ruinas con panorámicas impresionantes al pie de la casa de los guardianes.


Sector de "Los de Abajo"


Más Machu Picchu


Detalle de un acceso a un sector de "Los de Arriba"


El árbol y un sector de la plaza principal


Panorámica de la ciudadela de Machu Picchu

Otra vez al minibús y bajada hasta Aguas Calientes con el saludo de un chico oriundo de la zona que bajaba corriendo acortando camino en forma recta a través de la vegetación, más rápido que nosotros en el bondi. En cada cruce nos saludaba y al final del tramo subió al bus en busca de agradecimientos y algunas monedas.
Llegamos a la estación, esperamos unos minutos y salió el tren nuevamente para Cusco. Esta vez fueron aproximadamente seis horas y media porque el camino ahora era en subida.
Al llegar, solo nos fuimos a dormir.
El 16 de enero dejamos el hotel en Cusco y a las 9.30 hs y partimos para hacer uno de los trayectos que preveíamos más complicados. Y lo fue.
Salimos hacia el oeste, por un camino de montaña a un promedio de 20 km/h para pasar luego de casi 4 horas por Abancay, distante 185 km de Cusco. Atravesamos unos valles sembrados realmente muy impresionantes. En esta zona siembran hasta con pendientes de 45º, aprovechando cada espacio fértil.
Luego de Abancay atravesamos unas planicies a 4500 msnm, por supuesto desérticas y llenas de alpacas.


Alpacas en el altiplano del camino Cusco - Nazca

Se empezó a poner el cielo negro una vez más y comenzamos a recordar a la nieve. Pero por suerte esta vez solo fue granizo y más tarde, una lluvia torrencial que junto con la niebla y las nubes que se interponían en nuestro camino, entorpecían nuestro paso haciéndolo aún más lento que antes.
Ya de noche pasamos el pueblo de Puquío, con un desvío de la ruta lleno de agua y dando vueltas para conseguir combustible. Realmente llovía como para no dejarnos seguir.
A partir de aquí, ya de noche, al camino de montaña, algún que otro animal suelto, la lluvia, la niebla y las nubes se les sumó el estado lamentable del asfalto. Y por si fuera poco, habría que hacer un párrafo aparte a los conductores peruanos. Diríamos que en Argentina conducimos como señoritos ingleses al lado de esta gente.
El tramo se hizo insoportable porque circulábamos a 10 o 15 km/h, faltaban 200 km para llegar y la visibilidad era casi nula.
Después de un rato largo la ruta mejoró y pudimos avanzar más rápido. Terminamos llegando a Nazca a las 23:30 hs, completando los menos de 600 km que la separan de Cusco y después de recorrer un rato el pueblo para conseguir alojamiento, ubicamos un hotel con camping frente al aeropuerto.
La verdad es que Nazca como pueblo o ciudad no valía la pena, pero todo este esfuerzo lo hicimos por las famosas líneas que iríamos a conocer al día siguiente. Armamos carpas, comimos bajo la lluvia unos fideos con salsa y a dormir.
El 17 de enero, nos despertó temprano el conserje del camping. Desayunamos, desarmamos campamento y cruzamos la ruta para abordar el vuelo sobre las líneas.
Los dueños del hotel-camping "El Nido del Cóndor" donde nos alojábamos, eran los mismos dueños de una empresa que hacía vuelos sobre las líneas, "Aerocóndor".
Tuvimos que ir en vuelos separados, porque los pequeños aviones tenían una capacidad de 4 personas incluido el piloto.

Pseudoavión en el que volamos...


Malila y yo salimos en el primer vuelo junto al piloto y a una española. Yo viajé de copiloto y apenas tenía lugar para respirar.


Interior de la avioneta con capacidad para 4 tripulantes


La latita en la que volábamos se movía por el soplido de cualquier mínima ráfaga y por si hiciera falta, el piloto la llevaba inclinada a 90º de un lado a otro dando vueltas en círculos para que a ambos lados pudiéramos apreciar las líneas. Yo tenía mi GPS y tras preguntar si interfería con el vuelo, me sorprendió la respuesta directa del piloto: -“Úselo que estos son vuelos al ojo”. Con esto entendí que era más sofisticado manejar la camioneta que aquél Fiat 600 alado. Los datos del GPS indicaron que volamos a una altitud de 200 m y que la velocidad fue de unos 180 km/h promedio. Creo que por el instrumental del piloto, se habrá enterado cuando yo se lo comenté…




Despegue




Aterrizaje


En resumen, las líneas se aprecian claramente y es maravillosa la sensación de adrenalina que de a ratos aparece.


Vista aérea de las Líneas de Nazca

Dibujo llamado "El Colibrí"


Al llegar, Malila estaba descompuesta. Cuando el otro avión llegó, Hernán pasaba el desafío de la blancura propuesto por Gianola. También pálido y descompuesto. Ale, impecable.
Luego de esto salimos con rumbo sur, pasamos de largo por el desvío donde están las momias porque no sabíamos el nombre del lugar pero nos desviamos 35 km para conocer San Juan de Marcona, un pueblo de mineros y pescadores sobre el Pacífico. Almuerzo de pulpo, rabas y arroz con calamares y a continuar el camino hacia el sur por la ruta 5.


Playas de San Juan de Marcona, en la costa del Pacífico



Realmente la ruta bordeando el mar es hermosa. En algunos sectores de dunas, la ruta se pierde en la arena.


Ruta tapada por la arena de las dunas


Llegamos a Arequipa cerca de las 22:00 hs y nuevamente lloviendo a más no poder. Buscamos hotel y cochera y fuimos a dormir.
El 18 de enero nos despertamos y tras desayunar, el comentario general fue de la noche que habíamos pasado. Es que estábamos a unas 3 cuadras de la Plaza de Armas pero justo en una zona de bailables de cumbia. Música muy fuerte, algunas peleas, algunos borrachines.
Este día lo dedicamos a recorrer la cuidad, muy hermosa y con una arquitectura colonial de sillería de piedra blanca realmente increíble.

Interior de lo que alguna vez fue un convento en Arequipa


Más del ex-convento


Primero visitamos una galería que alguna vez fue un convento, luego una iglesia, el museo de la momia Juanita al cual no entramos porque la momia estrella estaba guardada en rehabilitación y nos cobraban $oles 30 per cápita para no ver a la principal atracción. Más tarde ingresamos al museo del Banco de Reserva Nacional, sito en una casa histórica y con piezas arqueológicas y numismáticas.
Almorzamos hamburguesas estilo Perú, luego la Catedral, café frente a la plaza y terminamos el día disputando en el hotel otra partida de Rummy.


Detalle de una iglesia en Arequipa


Linterna en el interior de la misma iglesia

El 19 de enero partimos de Arequipa hacia destino chileno. Este fue un día solo de traslado. Pasamos por las afueras de Moquegua nuevamente y llegamos a la frontera peruano-chilena cerca de las 15:00 hs peruana.
Del lado peruano sin problemas. Del lado chileno nos hicieron vaciar toda la camioneta. Tardamos como una hora y media en pasar y sumamos las 2 horas de diferencia horaria, con lo que llegamos al camping de Arica cerca de 19:00 hs chilena. Armamos campamento, Hernán y yo fuimos al centro por algunos víveres, comimos y tratamos de dormir un poco. Nuestros vecinos de carpa chilenos estaban con el reggaeton a todo trapo. Insoportable…


Iglesia de Arica

El 20 de enero desarmamos campamento y partimos. Pasamos primero por el Museo Arqueológico de Azara, perteneciente a la Universidad de Tarapacá donde, según ellos dicen, están las momias más antiguas del mundo.
Seguimos al sur nuevamente por la ruta 5 y llegamos finalmente sin problemas a Iquique. Fuimos directo a Zofri (Zona Franca de Iquique) Estuvimos un rato dando vueltas y retomamos la costanera para cruzar hacia el sur toda la ciudad camino al camping donde habíamos parado a la ida. Ahí se encontraban recién llegados también, unos amigos de Hernán y Ale: Caro, Víctor y su hija Mora.
Cenamos todos y estrenamos las carpas compradas hacía horas en Zofri.
El 21 de enero, nos tomamos el día para ir de compras. Fuimos nuevamente al Zofri, recorrimos las inmediaciones donde venden muchas cosas también y terminamos en Falabella.
Vuelta al camping, cena, sobremesa y a dormir.

Islotes que alojan lobos marinos


El 22 de enero a las 6:00 se despertaron casi todos, a excepción de Hernán y yo, a causa de un temblor. La verdad es que en Iquique centro, a unos 6 km al norte de donde estábamos nosotros, dijeron que fue de 5,5º en la escala de Richter. Realmente a nosotros nos duró segundos y no sabría decir cómo se sintió.
Más tarde nos levantamos y pasamos todo un día de descanso en la pileta del lugar con una maravillosa vista al océano Pacífico. Más tarde con Malila nos fuimos a Playa Blanca, a unos 3 km al sur del camping y nos metimos en el mar hasta las rodillas. El agua a pesar de ser helada, era 100% cristalina y tenía mucha fauna a la vista. Ideal para hacer snorkel.


Aguas cristalinas de Playa Blanca


Una ¿estrella de mar? en Playa Blanca

Volvimos para la pileta del camping y disfrutamos del atardecer en el Pacífico.


Playa en Iquique


Océano Pacífico, Iquique


Atardecer en Iquique


El 23 de enero, temprano Caro y Víctor prepararon sus cosas y partieron rumbo a Putre, al norte de Chile camino de Arica al este. Nosotros desarmamos campamento un poco más tarde y dejamos Iquique cerca de las 12:00 hs con destino San Pedro de Atacama.
Pasamos por la mina de Chuquicamata. Esta es la mina de cobre más antigua y grande de todo Chile. Averiguamos cuando podíamos visitarla y partimos.
Seguimos camino y llegamos a San Pedro de Atacama, donde armamos campamento y comimos unas chuletas de cerdo al disco. Salieron muy buenas.
El 24 de enero, después del desayuno, salimos a recorrer los alrededores de San Pedro de Atacama. Este pueblo, muy parecido a Purmamarca en Jujuy, es un oasis en medio del desierto y es donde está la aduana por la que ingresamos a Chile el 6 de enero.


Calle en San Pedro de Atacama


Primero rumbeamos al sur. Tras un pequeño tramo de 50 km pasamos por el pueblo de Toconao, muy chico y de escasos habitantes, para luego adentrarnos en el salar de Atacama, donde está la laguna Chaxa. Aquí está lleno de flamencos que comen unos pequeños camarones que viven dentro del agua.
Desandamos camino y nos desviamos a ver la laguna Cejar, pero al enésimo intento de cobrarnos un dineral para pasar, desistimos de acercarnos más.


Salar de Atacama


Zoom al salar


Flamencos en la laguna del Salar de Atacama

Pasamos de nuevo por Toconao y seguimos hasta el pucará de Quítor, que son nada más y nada menos que ruinas de los Incas. También visitamos unas grutas y unas caras hechas en la arcilla de la montaña.


Cara en la montaña


Pucará de Quítor


Continuamos por camino de tierra-arena-piedra hasta el Valle de la Muerte en donde algunos aprovechan para hacer sandboard en las dunas y donde no existe vida debido a la aridez y la salinidad.

Valle de la Muerte


Dimos una vuelta más hasta el mirador del Valle de la Luna, mates y de vuelta al camping y caminar un poco por la plaza, la iglesia y las calles de Atacama.

Calle ppal. de San Pedro de Atacama


Vista lateral de la iglesia de San Pedro de Atacama


Iglesia de San Pedro de Atacama


El 25 de enero madrugamos. Nos despertamos a las 3:20 hs y a las 4:00 hs estábamos en la puerta del camping esperando la combi para ir a los Géiseres del Tatio.
Dormimos como pudimos en el viaje y nos despertaron a 4300 msnm en los géiseres. Ya eran las 7:30 hs. Las visitas se realizan a esta hora porque su actividad no se aprecia tanto cuando sube la temperatura. Hacía muchísimo frío y algunos teníamos poco abrigo por descuido, por no recordar las recomendaciones por el sueño y la hora no apta para los pensamientos claros.

Vapor de los géiseres


Zoom del géiser


Géiser en actividad


Los géiseres, se tratan de columnas agua hirviendo y vapor.




Géiseres del Tatio




Géiseres del Tatio




Géiseres del Tatio


Fuimos también a otro sector donde está la piscina natural con agua a 45ºC aproximadamente. Llevábamos las mallas pero la temperatura ambiente y el hecho de salir mojado al frío sin tener un lugar cerrado para cambiarnos, nos hizo dudar del disfrute termal.


Panorámica de los géiseres


Geiser escupiendo agua a 80º


Emprendimos la vuelta y paramos en un pueblito cercano donde comí un pincho de lomo de llama que era un manjar. De vuelta a San Pedro de Atacama y a desarmar campamento.
Salimos con rumbo a la mina de Chuquicamata en Calama. Llegamos justo para la última visita de las 15:00 hs. Una breve explicación de cómo es el proceso de fabricación y un par de datos impresionantes. Producen el 13% del PBI de Chile, cubren los costos de producción con la venta de molibdeno que es un subproducto y la venta de cobre a u$s 3,22 es todo ganancia. Esta empresa solo utiliza directa e indirectamente a 22000 personas, lo cual es poco para semejante trabajo.
Después de esa introducción, nos llevaron al pozo donde sacan el cobre.


Mina de cobre de Chuquicamata

Mide 4,7 km de largo, 3 km de ancho y 1 km de profundidad. Lo más llamativo son los camiones que suben la piedra del fondo del pozo. Cada goma a ellos les sale por cantidad u$s 35000. Si uno compra tan solo una, el costo asciende a u$s 120000.


Mi tamaño es mínimo al lado del camioncito minero...


Seguimos camino al sur y llegamos a Antofagasta cerca de las 20:00 hs. Camping al borde del Pacífico, en la mismísima playa. El agua es muy fría, hay olas muy grandes que te empujan contra las rocas de la playa (aparte de las rocas bajo el agua) y por si eso fuera poco, está lleno de erizos. Más tarde, salmón al disco y a dormir.


Playa de Antofagasta

El 26 de enero, después de desayunar y desarmar campamento una vez más, nos dimos una vuelta por Antofagasta, almuerzo y seguimos para el sur.
La ruta no nos da más que desierto, arena, algunas construcciones abandonadas, las antiguas Oficinas Salitreras; y no mucho más. Llegamos a Chañaral cerca de las 20:00 hs, compramos para hacer de comer y fuimos a Pan de Azúcar, un parque nacional sobre el Pacífico a 20 km al norte del pueblo.
La llegada al atardecer fue magnífica, montañas de arena de un lado, playa, mar y crepúsculo del otro. El lugar de acampe es al borde de la playa, con refugios individuales con techo de paja y un paravientos de piedra; no mucho más que eso.


Camping del Parque Nacional Pan de Azucar


El 27 de enero era el día del cumpleaños de Malila y de regreso a Argentina.
Salimos de Pan de Azúcar y empezamos la trepada que nos llevaría del nivel mar hasta los 4750 msnm y de vuelta hacia abajo hasta casi los 1200 m.
Cruzamos por el paso de San Francisco. Del lado chileno es asfalto por 100 km hasta pasar el último pueblo y desde allí de ripio en excelente estado. Cuestas, vueltas y paisajes increíbles.
En la aduana chilena pasamos sin muchos problemas porque se nota que no cruza mucha gente por ahí. Está pegada a un salar en una planicie a 4200 msnm. Después de unos kilómetros y tras pasar una cuesta más, desembocamos en una laguna color turquesa, con los volcanes y picos más altos de fondo.


Impresionante laguna del lado chileno del paso San Francisco


La L¡laguna con las montañas nevadas de fondo


Cruzamos el paso sin problemas tampoco del lado argentino, ya con ruta asfaltada y el horario normal. Apareció a lo lejos otra laguna y el cerro Incahuasi.

Frontera Argentina - Chile, paso de San Francisco


Laguna del lado argentino

Toda esta zona es la que agrupa a los volcanes más altos, hasta 6800 el Ojos del Salado. Luego de un rato nos metemos en una quebrada angosta y la ruta en reparación nos manda al lecho del río.
Llegamos a Fiambalá con intención es de hacer noche allí, pero en el camping de las termas no había duchas y entonces continuamos hasta Tinogasta, una ciudad a 40 km al sur. Paramos en un hotel, comimos en un restaurant, tomamos helado y así terminamos nuestro festejo del cumpleaños.
El 28 de enero partimos hacia Merlo, en la provincia de San Luís. Pasamos por La Rioja y paramos a almorzar en Chilecito, en el Cablecarril La Mejicana.


Estación Chilecito


Almuerzo en el cablecarril La Mejicana, Chilecito


Más del cablecarril


Con el estómago lleno, continuamos viaje hacia el sur y nuevamente al entrar en San Luís, realizamos un cambio horario. Es que ahí no habían adelantado al horario de verano impuesto por el gobierno nacional.
Fuimos a la casa del hermano de Hernán, pero había viajado a Buenos Aires. La segunda opción, fue ir a la casa de unos amigos que nos recibieron con los brazos abiertos y nos alojaron con todas las comodidades.
Más tarde, fuimos al centro a comprar carne y por fin, volvimos al asado argentino. Sobremesa y a dormir.


Luna Cautiva, Merlo

El 29 de enero nos despedimos y partimos con destino final en Buenos Aires. Llegamos como a las 22:00 hs de ese mismo día y descargamos la camioneta.
Ahí terminó nuestro viaje y ya veremos cuál será el próximo.




Los integrantes del viaje somos:



Adelante: Malila y Ale
Atras: Adrián (yo) y Hernán


Y viajamos con:


Nissan Frontier SE 4x2 modelo 2007



Recomendaciones:

Nosotros utilizamos los mapas de http://www.proyectomapear.com.ar/ en Argentina y los mapas de http://www.viajeros.freeservers.com/ en el resto de los paises. Vale destacar que ambos mapas son totalmente gratis y se bajan en dichas páginas. Recomiendo llevar GPS con mapas cargados y de ser posible, algún tipo de guía. Nosotros llevamos las guías Turistel de Chile, Perú Top, Cuadernos de Viaje: El Altiplano Boliviano y Guía de Machu Picchu que nos fueron guiando para la planificación del viaje y también nos fueron guiando durante el viaje. Son muy completas todas. Un infaltable para Argentina es el Atlas de Rutas Firestone.
Para los que les sea imposible conseguir algo de esto o para quienes no tienen el tiempo necesario, les dejo unos archivos para descargar con algunos mapas y con buena información. La gran mayoría están en formato PDF y fueron descargados en general de organismos oficiales de los paises visitados, de algunas páginas de viajeros o de quien sabe donde:

- Argentina
- Chile
- Perú
- Bolivia

- Nuestros Tracks día por día (para GPS Garmin *.gpx)
- Nuestra hoja de Ruta (*.xls)

Por último, para quienes quieran ver bien nuestro recorrido, no les dejo mapas con los mismos por falta de tiempo. Lo que si recomiendo es que instalen el Google Earth y en el mismo abran los archivos de los Tracks para GPS, que les mostrarán el camino que transitamos.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

la verdad los felicito a todos, casi pude sentir el viaje igual que ustedes, la info de los link y demas es inmejorable, un verdadero placer, tengo pensado hacer este viaje y esta pagina fue determinante !
otra vez gracias.

Pablo_B dijo...

Muy bueno el relato... pienso hacer algo similar en enero pero de mochilero...

viajandoxlavida.blogspot.com

saludos!!!

Unknown dijo...

Hola Adrian, Buenísimo el Blog. Con mi marido queremos hacer el mismo viaje y estamos tomando apuntes de tu relato. Pregunta, tenés datos del camping de Iquique, no encuentro en internet. Gracias,
Claudia (Sta Fe)

Anónimo dijo...

Claudia, comunicate conmigo vía email que te paso todos los datos que necesitas para hacer el viaje.
adrkon@yahoo.com.ar

Saludos, Adrián.