sábado, 17 de mayo de 2008

Sur de Chile (enero de 2007)

El viernes 5 de enero de 2007, Hernán tenía planeado partir con Alejandra para el sur de Chile. Mis vacaciones se habían caído cuando mi amigo Bruno me dijo que no viajaría con migo al sur argentino por motivos que aún hoy, desconozco (no tendría permiso de su novia…)
Hernán me había dicho ya un par de veces que me sume con ellos, pero entre una cosa y otra, terminé aceptando esa invitación el mismo 5 de enero a las 19:00 hs.
En ese momento vivía en Quilmes, así que rapidito hice unas compras básicas para el viaje en el Jumbo que está frente a casa (heladerita térmica, Fernet Branca y una buena silla) y partí para la capital hacia la casa de Hernán.
Como fue muy repentina mi decisión, Ya estaba todo organizado para que Hernán y Ale viajaran en su auto, un Suzuki Fun 1.4 modelo 2005 que explotaba de equipaje y víveres. Es por esto que yo viajé solito en mi Fiat Palio diesel recién sacadito de la concesionaria, con tan solo unos 2000 km.
Entre que cargamos el Fun, partimos hacia Ing. Maschwitz al encuentro del querido Sergio para que nos diera los handies y salimos a la ruta, ya eran las 0:00 hs del sábado.
El viaje terminó haciéndose denso y largo. Solo paramos ocasionalmente a cargar combustible y a desayunar, si mal no recuerdo, en 25 de Mayo, Neuquén; y una vez que se nos cruzaron cientos de cabras.


Camino a Villa Pehuenia


Llegamos a Villa Pehuenia, nuestra primer parada, alrededor de las 18:00 hs y tras recorrer unos caminos muy hermosos entre Zapala y nuestro destino. Armamos las carpas, hicimos nuestro último asado, el de despedida del país; y al sobre.El Domingo partimos de Pehuenia más o menos a las 12:00 hs. Llegamos rápidamente al paso de Icalma, papeleo muy rápido y tras pasar la frontera, comenzamos realmente el viaje. Este es el mismo paso que el año anterior cruzamos con mi amigo Bruno sin ningún tipo de papelerío y, como debe ser, retornamos antes de tener algún problema con los carabineros o gendarmes.


Paso de Icalma


Podríamos haber cruzado la frontera por el paso de Pino Achado que queda a unos pocos kilómetros al norte y es más corto y asfaltado, pero este camino era más lindo y cruzaríamos por el túnel más largo de Sudamérica. Aparte, estábamos de vacaciones y sin apuro!!


Icalma


Tunel Las Raices


Seguimos camino y llegamos a Temuco. Caminamos un rato y nos fuimos. Seguimos viaje hasta nuestro segundo destino del viaje y primero de Chile. Se trata de la hermosísima ciudad de Pucón.
Esta queda a orillas del lago Villarrica y bajo la ladera del volcán del mismo nombre. Este volcán, aún activo, nos demuestra su vitalidad humeando constantemente por su cráter. Quiero decir que a mi me daba un poco de cosita…Tras encontrar un camping espectacular a orillas del lago y casi vacío; armamos nuestras moradas, comimos fideos y nos fuimos a dormir.


Atardecer en la playa del camping de Pucón


Baúl del Palio en perfecto orden


El lunes, como el día estaba nublado, cambiamos algunos de los planes y emprendimos la vuelta por los lagos Villarrica, Lincan Ray y Panguipulli. Hermosos paisajes. Algunos de no creer. Los caminos eran algunos más o menos buenos y otros un poco malos, pero el humilde Fun de Hernán nos llevó sin chistar. A todo esto, el Palio descansaba en el camping porque con todo el kilometraje del viaje, se me iba a exceder de los 10000 km para el service oficial y perdería la garantía.


Camino a Coñaripe


También camino a Coñaripe


Puente viejo caído


Lago Calafquen


Más tarde, fuimos a dar unas vueltas por la ciudad de Villarrica, que queda unos pocos kilómetros al oeste de Pucón, también sobre las costas del lago homónimo.Al llegar al camping, fui a buscar agua y en el camino, una familia chilena me avisa que ahí mismo donde estaban ellos, había una canilla. Les agradezco, saco agua y antes de irme, el padre me ofrece una copa de buen vino chileno. Como el vino me gusta, no desprecié la invitación. El hombre agarra un vaso, saca un vino en tetrabrik y me sirve. Por no ser descortés, pruebo ese néctar de dudosa procedencia y conteniendo el buche, lo trago de un tirón. Le agradezco, le digo que me están esperando rápido por el agua para cocinar y me voy. Realmente era como tomar kerosene. Me quedó el mal sabor y una nausea hasta que me fui a dormir. No es que los vinos chilenos sean malos, solo que este sí lo era.


Flores artesanales de madera de Pucón


Tras una noche de descanso, nos levantamos y partimos al volcán Villarrica. Este queda a 14 km de Pucón. Como el día estaba bastante despejado, pudimos verlo muy bien. Llegamos hasta la base en auto y caminamos una media hora hasta el primer manchón de nieve. Ahí nos quedamos por un rato jugando como 3 niños.


Crater humeante del volcán Villarrica


Pasando el rato en un manchón de nieve en el volcán Villarrica


Simil Sky - Snowboard...


Bajando al lado de un profesional preparado con todo su equipo y yo sin nada


Más tarde, bajamos unos 8 km y nos desviamos hasta un lugar donde hay cuevas volcánicas. Dejamos el auto 2 km antes de llegar porque una cuesta media complicada y en mal estado amenazó con no dejar pasar al Fun.
Estas cuevas se forman con la lava que al pasar y tomar contacto con el ambiente se enfría y endurece en la superficie, pero bajo esta “costra” sigue circulando a altas temperaturas. Una vez que deja de pasar, queda la cueva formada.
Pagamos nuestra entrada, un guía no explicó todo lo referido a la vulcanología, nos dieron cascos y ahí nomás, nos metimos en una cueva. De repente la temperatura bajó a solo unos 8º y la humedad se hizo sentir. Había una tenue iluminación y las vistas eran impresionantes. Nos adentramos por aproximadamente 600 metros cuesta abajo en la ladera del volcán y llegamos a un punto donde ya no se podía pasar por el mínimo tamaño del orificio de la cueva. Volvimos cuesta arriba a la superficie, bajamos los 2 km hasta el auto y nos fuimos al camping a comer un guiso de arroz que nos recuperó de las energías gastadas en el día.Para la sobremesa, se nos unió una pareja de “pololos” chilenos de más o menos nuestras edades, y compartimos fernet, vino argentino y pisco chileno. Obvio, el Branca fue intomable para el chileno!


Cuevas volcánicas del Villarrica



Patas al fuego para superar el tremendo viento frío

Al otro día, salimos cerca del medio día hacia el lago Caburga, a unos escasos 20 km de Pucón aproximadamente. Llegamos a unas playas de arena blanca y aguas cristalinas, que son algo más cálidas que las del resto de los lagos, por alguna razón que involucra al volcán. Yo solo mojé mis patitas por un rato mientras que Hernán, tras aclimatarse, se metió y nadó por un rato.Nos fuimos de esa playa y nos desviamos por un camino que nos llevó a lo que se llama los Ojos del Caburga. Estos son pozones de agua que están conectados al lago del mismo nombre de manera subterránea. Impresionante el lugar. Las vistas son hermosas y dan unas ganas de meterse al agua terribles.


Ojos del Caburga


Más de los Ojos del Caburga y yo


De ahí, nos dirigimos hasta unas termas llamadas Termas de los Pozones, que el día anterior nos había recomendado un chileno. Al llegar, nos encontramos con unas termas al aire libre y muy naturales. Por unos pocos pesos entramos y comenzamos con el baño en los piletones. El agua al principio es perfecta, pero termina sofocando por lo caliente que es. Ahí recomiendan no quedarse quieto y salir cada 15 minutos para tomar un descanso. Nosotros, nos quedamos quietos y durante unos 40 minutos. Conclusión, cuando salí parecía que estaba borracho. Las propiedades del agua pegaban duro y estuve unos 15 minutos para recuperarme.


Termas de Los Pozones


Hernán y yo dentro de las termas


El día 11 de enero amaneció muy nublado. Teníamos como objetivo hacer rafting, pero como era muy cara para nuestro presupuesto, decidimos dejar Pucón un día antes. Antes de irnos paseamos un rato por esta “Villa La Angostura” chilena y aprovechamos algunas ofertas. Una vez pasado el mediodía, partimos hacia Valdivia, donde llegamos al atardecer.


Centro de Pucón y volcán Villarrica de fondo


Al otro día, amaneció con un día espléndido y más o menos a las 11:00 hs comenzamos un camino por una ruta con un poco de asfalto y bastante ripio. Llegamos al pueblo de Corral, puerto marítimo de Valdivia (esta ciudad se encuentra a unos 20 km de la costa del Pacífico)El recorrido fue realmente buenísimo, con algunas zonas de bosques y con algunas cuestas. Casi llegando a Corral, las vistas de la desembocadura del río en el océano son hermosas.


Ensenada de San Juan


Corral, pueblo de pescadores


Una vez en el pueblo, tras recorrerlo y comer unas empanadas de mariscos, nos embarcamos con auto y todo en una balsa que nos llevó al otro lado del río tras un viaje de una media hora. De este lado se encuentra el pueblo llamado Niebla.


Balsa de Corral a Niebla, cruzando la bahía de San Juan


Recorrimos un poco, tomamos unos mates en una escalinata de hormigón en la vera del río y partimos hacia el antiguo Fuerte de la Pura y Limpia Concepción de Monfort de Lemus. Esta era una de las defensas de la bahía que según nos cuentan, nunca fue vencida. El fuerte es impresionante y está lleno de cañones de aquella época colonial.


Fuerte de la Pura y Limpia Concepción de Monfort de Lemus


Cañones del fuerte


Sector de defensa jamás flanqueado por los ingleses


Más tarde, tras recorrer un poco más de Niebla, partimos para el camping. Este era nada más y nada menos que el patio de una casona vieja de un señor aún más viejo. Había unas tres carpas más aparte de las nuestras y de una de ellas, una paraja de “pololos” nos ofreció probar un caracol grandísimo, de esos que te dejan escuchar el sonido del mar si lo acercas al oído; y aparte nos convidaron con una jaiba, que es algo así como un cangrejo pero con tonos blancos y magenta. La verdad es que estaban muy ricos.


Comida en la casa - camping de Valdivia


El viernes a eso de las 19:30 hs, salimos a caminar un poco por las calles del centro histórico de Valdivia, donde se ven algunas casas de chapa y madera pintadas de colores. Muy típicas de Chile.


Iglesia de Valdivia


Más de Valdivia


Un poco más...


Y la última de Valdivia


Al otro día desarmamos campamento y emprendimos un recorrido en S en el cual dimos la vuelta al lago Ranco. En su mayoría, el trayecto fue de asfalto, pero tras comenzar el ripio, Hernan que iba adelante en su Suzuki se topó con una cuesta a la miseria, donde le saltó la primera y se vino a pique para atrás. La bajó a Ale para alivianar (jajaja, como si fuera pesada) y en primera por fin pudo subir. Atrás de él fui yo con el Palio sin ningún problema y seguimos viaje.Tras 40 km de ripio, volvió el querido asfalto con unas vistas muy lindas del lago Ranco y los volcanes y montañas de fondo.


Lago Ranco


Enderezamos la brújula hacia la ciudad de Osorno y al llegar, paramos un rato a descansar en la plaza principal. Al rato recorrimos una calle con muchas casas históricas, todas de madera pintadas de colores.


Osorno y su peculiar iglesia


Cuando salimos de Osorno, tomamos una ruta erróneamente y al paso de 3 km nos dimos cuenta. Para retomar a nuestro camino, subimos a la ruta 5 que ahí es como una autovía y por tan solo 300 metros, pagamos 2,40 pesos argentinos. El peaje más caro de mi vida.
Al anochecer llegamos a Entre Lagos, sobre la ruta que lleva al paso internacional Cardenal Samoré y a orillas del lago Puyehue. Ahí acampamos en uno de los mejores campings de todos los que conocemos.



Playa del camping de Entre Lagos


Después de descansar por la noche, a la mañana siguiente salimos cerca del mediodía con destino al centro de sky Antillanca. El camino recorre bosque y selva valdiviana del parque nacional Puyehue.
Este centro de sky, se encuentra en la ladera del volcán Casablanca. Al retornar paramos en unas termas, pero por los elevados costos decidimos solo tomar una ducha en el camping.



Lago Paraiso


Hotel y centro de sky de Antillanca


Parque del hotel con pistas de fondo


Iglesia de Entre Lagos


Finalmente tras despertarnos y desarmar todo, dejamos Entre Lagos y partimos para Frutillar, aún más al sur.Tomamos la ruta interlagos, de ripio pero en excelente estado, hasta llegar al lago Llanquihue para bordearlo en su totalidad. Este lago tiene un color turquesa y muchas olas. Hasta pareciera a veces el mar.
Tras otro tramo de ripio, también en buen estado, llegamos al acceso del volcán Osorno. Tomamos el desvío y comenzamos la subida. Es asfaltado, hasta que en un momento se corta y aparece el ripio y aparentemente solo para 4x4. Ahí nomás quedamos. Fotos y más fotos y seguimos. En el camino paramos a sacar unas fotos en unas capillas y en una cabaña alemana donde vendían tortas artesanales llamadas Kuchen (torta en alemán)Pedimos unos cafés, algunas porciones de tortas de frambuesa, frutilla y no recuerdo que más; y por supuesto pagamos mucho, pero contentos por tan ricos manjares.



Volcán Osorno


Merienda frente al lago Llanquihue

Seguimos viaje y pasamos por la ciudad de Puerto Varas. Es muy linda y tiene una costanera sobre el lago, con vistas en la orilla de enfrente a los volcanes. Realmente maravilloso.


Camino entre Puerto Varas y Frutillar

Finalmente, continuamos hasta Frutillar y acampamos en las afueras de la ciudad, en un camping muy bueno y bastante vacío, como casi todos.Más tarde comimos un guisito y al sobre.


Camping en Frutillar

Después de levantarnos, partimos para Puerto Montt, distante a unos 45 km de Frutillar. Hicimos algunas compras y nos fuimos al Puerto de Angelmó, que es el puerto comercial de Puerto Montt. La verdad es que hay tantos bichos conocidos y desconocidos que dan ganas de quedarse 1 año para poder probarlos a todos. Por lo menos a mi que me gustan tanto los frutos del mar, me pareció un lugar increíble.Personalmente me compré unas cholgas ahumadas que las comí como caramelos. Una delicia. Compramos algunas cositas más y para la cena de la noche, compramos dos lomos limpitos de salmón rosado, que pagamos a 12 pesos argentinos, pero porque ya estaban limpios y cortados. Si uno compra el pescado como sale del agua, prácticamente te pagan para que lo lleves. Nada que ver con Buenos Aires, donde uno se hipoteca para comer salmón.Al regresar a Frutillar, en el camping nos pusimos a cocinar con Hernán el salmón al disco con algunas verduras y creo que fue la mejor comida del viaje. Un manjar.


Mercado de Angelmó en Puerto Montt


Salmones rosados en el mercado


Más bichitos en el mercado

Al otro día intentamos hacer parte de la carretera austral. Fuimos primero hasta el lago Todos Los Santos, por donde se cruza en barcos a Bariloche. Desde ahí deshicimos parte del camino y doblamos hacia el sur. Ya de ripio comenzamos la primer parte de la carretera. La idea era llegar hasta el primer balseo, tomarlo y regresar a Montt por la margen opuesta del seno Reloncaví, pero a mucho de llegar, el camino se puso muy áspero y decidimos volver por donde habíamos ido. Igualmente las panorámicas del mar son muy buenas, aunque los pueblos ya no tan pintorescos.
A la vuelta pasamos por Puerto Varas a caminar un poco por el centro y a fotografiar las casas históricas, todas de tejuelas de alerce y pintadas de colores.


Iglesia en Puerto Octay


Iglesia de Puerto Varas

Nos despertamos, levantamos campamento y partimos. Salimos de Frutillar por la ruta 5, rumbo al sur. Pasado el mediodía ingresamos con la balsa a la isla de Chiloé. Pasamos por fuera de Ancud y seguimos camino hasta Castro, capital de la isla. Allí acampamos y después nos fuimos a caminar un poco al centro y al puerto. Visitamos la iglesia, que es sin duda alguna la mejor del viaje y seguramente si hubiera un top 5 de iglesias que conozco, entraría en el ranking cómodamente. Es de estilo neogótico, pero íntegramente construida en madera y con el exterior revestido en chapa cincada. El que la diseñó, lo hizo con la idea de materializarla en hormigón armado. Por alguna razón que ya no recuerdo, los isleños decidieron realizarla en madera. Impactante.


Casas sobre palafitos en Castro, Chiloé


Más de las típicas casas de Castro


Catedral de Castro


Interiores de madera de la cúpula de la catedral de Castro


Interior de la catedral de Castro


Más del interior de la catedral de Castro, de lo mejor que vi

Al otro día hicimos un circuito hacia el sur, que nos llevo por Chonchi y la isla Lemuy, previo balseo con auto y todo. Es el camino de las iglesias típicas chilotas, todas (...o casi) de madera de alerce.Más tarde en el camping, cocinamos cholgas y unas almejas.


Cholgas con queso y manteca a la parrilla, un manjar...

El sábado después de desayunar y demás, fuimos a otra isla del archipiélago de Chiloé vía transbordador visitando Dalcahue, Curaco de Vélez y Achao. Allí seguimos viendo más iglesias y arquitectura chilota.


Iglesia de Curaco de Vélez

El domingo salimos de Castro hasta Ancud, un puerto también dentro de la isla, pero bien al norte de la misma. Antes de acampar nos fuimos hasta el Pacífico en mar abierto, osea que no en la parte que enfrenta al continente; y no pudimos llegar hasta una pingüinera pero sí hasta Mar Brava, una bahía con un vientito y unas olas muy grandes. Tanto que ni surfers había!


Mar Brava


Puerto de Ancud, Chiloé


Fuerte San Antonio en Ancud


Ya por la tarde caminamos un poco por el pueblo y no hay mucho más que contar.
Al otro día, era el día D de nuestro regreso a Argentina. Ingresamos por el paso Cardenal Samoré con una lluvia insistente y tardamos unas tres horas para cruzar la aduana argentina y como no, haciendo cola.
Llegamos a Villa La Angostura bajo una lluvia torrencial y fuimos derechito al camping. Vaya sorpresa, precio para acampar los tres, con dos carpas y dos autos: $ 73 en uno y $ 56 en otro. Una estafa.
Ahí mismo resolvimos ir hasta Bariloche y terminar nuestras vacaciones en Colonia Suiza.
Pasamos por el centro cívico y empezamos a buscar lugar para cenar. Eran las 21:00 hs y seguía lloviendo. Luego de caminar tres cuadras en Mitre al 100 nos dan un folleto de un restaurante frente al lago con mantel de tela y copas!!!! Fuimos a ver los precios y decidimos cenar allí. El lugar se llama Stop y estaba muy bueno y con precios excelentes.
Tras comer, fuimos a Colonia Suiza y en el camping Goye nos ofrecieron, en lugar de acampar por $6 cada uno, ir a los dormis que tienen. Nosotros decidimos en solo 1 segundo aceptar la oferta debido a que todavía llovía y era la 1:00 hs y fundamentalmente porque el precio era de $10 por persona!!!! No es que era una cabaña, pero estábamos como en una!!Al otro día, hicimos circuito Chico y después salimos de caminata por el centro de Bariloche y no mucho más que eso. Estabamos descansando de las mismas vacaciones.


Arroyo López, Bariloche


Más arriba, también en el Arroyo López


El imponente hotel Llao Llao de fondo

Un día después, partimos en una embarcación en Puerto Pañuelos rumbo a Puerto Blest y Cascada los Cántaros. Una excelente excursión con impresionantes paisajes. Vale la pena hacerla.Subimos los 733 escalones de la cascada y fuimos hasta Puerto Blest caminando desde ahí, en lugar de ir en el barquito. Muy buena estuvo esa caminata por el bosque. Es corta, no más de 40 minutos, y se hace muy llevadera. Una vez en Puerto Blest, Ale y Hernán decidieron ir caminando hasta el lago Frías. Yo, me quedé disfrutando de la paz y los paisajes del lugar.


Hacia Puerto Blest


Navegando por el Nahuel Huapí

Al otro día, decidimos ir hasta Pampa Linda. Al mediodía partimos en mi Palio con rumbo sur para entrar bordeando el lago Mascardi y llegar a Pampa Linda, base de muchas expediciones de trekking. Continuamos 10 km para llegar a la base del cerro Tronador. Como era un mundo de gente de los tours, hicimos un rato de tiempo tomando mate y cuando se despejó un poquito, ya de regreso, paramos en Ventisquero Negro. Para quienes no lo conozcan y vean la foto, es la bajada del glaciar Manso desde el Tronador que en su caída va arrastrando tierra y sedimentos que vuelven negro al hielo y le dan ese color tan particular al agua, al río Manso, y luego al lago Mascardi. Estos son los mismos lugares que junto a mi amigo Bruno, había visitado en enero de 2006.
Más tarde retornamos al camping, cocinamos y a dormir.



Cascadas en la base del Cerro Tronador


Ventisquero Negro

Nos levantamos con bastante cansancio acumulado no quisimos ir al cerro López ni a cabalgar; que eran las dos opciones que manejábamos. Finalmente terminamos yendo al Catedral a subir con el teleférico y la aerosilla para legar a la cima y jugar un rato en la nieve. Más tarde retornamos al centro de Bariloche y nos fuimos a comer.

Arriba, en el Cerro Catedral


Querían cobrarme por esta foto!!! Las bondades del zoom...


Última foto del viaje, en el Centro Cívico de Barilche
Los integrantes del viaje somos:

Adrián (yo), Hernán y Ale
Y viajamos con:

Suzuki Fun 1.6 modelo 2005 y Fiat Palio 1.7 TD modelo 2006
Recomendaciones:

El viaje, tal como lo hicimos nosotros, se puede realizar en cualquier vehículo sin ningún problema. Lo recomiendo plenamente. Los paisajes son increibles. A pesar de ir en época de verano, de noche el viento y el frío se hacen sentir mucho. Yo en lo personal, aprobeché los precios de Chile y compré una buena bolsa de dormir Doite que es la que uso hoy en día. No necesito de nada adicional que me de calor. Recomiendo esta compra por precio, calidad y la comodidad de no llevar nada más que la bolsa.
En esta época no tenía GPS y tampoco es imprescindible. Lo que si llevamos fue el tradicional Atlas de Rutas Firestone. A continuación dejo unos archivos para descargar, que son el mapa de rutas de Argentina en formato PDF, mapas de rutas y ciudades de Chile en formato JPG y nuestros tracks no ruteados:

2 comentarios:

Jordi dijo...

Muy interesante el relato y agradecemos la información vertida, ya que en abril recorreremos la zona. Patricia y Jordi.

ezee_ dijo...

Gracias por compartir. Salu2